Las Advocaciones son un título, referencia o nombre aludido que se otorga a un lugar, figura, imagen o recuerdo. Literalmente indica el “modo de llamar” o designar.
Por ejemplo, los católicos solemos “apodar” a la Virgen María, Madre de Dios, de distintas maneras, según el lugar dónde se halla instalada la devoción, o según la circunstancia, si es una aparición o se la nombra Patrona, etc.
Esto no quiere decir que haya multitud de vírgenes. La Virgen es una sola.
En la Biblia, solemos encontrar distintas advocaciones para referirse por ejemplo a Jesús y no por ello significa que haya muchos y distintos Jesús. Veamos algunos ejemplos:
El buen pastor
Jn 10,11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas.
Cristo – Hijo de Dios
Mt 16,16 Respondió Simón Pedro: -Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
Principio y fin
Apo 2,8 Al ángel de la iglesia de Esmirna escríbele: «Esto dice el primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida:
Alfa y Omega
Apo 22,13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.
Cordero de Dios
Jn 1,29 Al día siguiente vio a Jesús venir hacia él y dijo: -Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Rey de Reyes – Señor de Señores
Apo 19,16 En el manto y en el muslo lleva escrito un nombre: Rey de reyes y Señor de señores.
Como vemos, la Escritura tiene muchas formar de designar a Jesús. De otorgarle diferentes títulos, pero no por ello debemos entender que hay diferentes Jesús.
Así también sucede con nuestra Madre, a pesar de ser una sola, se le otorgan distintos nombres y títulos de acuerdo al lugar de devoción, aparición o patronazgo.
Dentro de las advocaciones marianas, existen dos tipos: las de carácter místico, relativas a dones, misterios, actos sobrenaturales o fenómenos milagrosos de la Virgen, como Anunciación, Asunción, Presentación y las apariciones terrenales, que en muchos casos han dado lugar a la construcción de santuarios dedicados a la Virgen.
Entre las advocaciones marianas más conocidas podemos mencionar:
– Virgen de Guadalupe
– Nuestra Señora de Fátima
– Nuestra Señora de Lourdes
– Nuestra Señora del Carmen
– La Virgen de la Medalla Milagrosa
– María Auxiliadora
– Nuestra Señora de Luján
– Virgen del Rosario
– Nuestra Señora de la Divina Providencia
– Inmaculado Corazón de María
– La Inmaculada Concepción
– etc…
Las advocaciones son una piadosa costumbre cristiana, pero es necesario conocer el verdadero sentido de ellas evitando las supersticiones y sobre todo, la confusión de significados.
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